Debe fiscalizarse impacto ambiental y derechos laborales en Megapuerto de Chancay

El hundimiento en un tramo del túnel del Megapuerto de Chancay ha sido noticia esta semana por la destrucción de parte de la pista en el kilómetro 80 de la Panamericana Norte, la afectación a una veintena de hogares y la protesta de los pobladores contra los representantes de la empresa Cosco Shipping Ports Chancay Perú.

Extraña sobremanera que no hayan sido atendidas las denuncias de temblores, rajadura de paredes y tuberías de agua rotas, entre otros, que datan de varios años atrás. De pura suerte, este accidente no pasó a mayores, porque pudo haber muertos en obra y en las viviendas colindantes.

Sin embargo, debemos ver este hecho como el síntoma de lo que puede estar sucediendo en la construcción del Megapuerto de Chancay, obra con una inversión superior a los US$ 3600 millones, con capitales de la empresa china Cosco Shipping, con una participación del 60%, y de la minera peruana Volcan, con un 40%.

Se necesita una revisión del estudio de impacto ambiental y los protocolos de seguridad y salud en el trabajo. Y, de paso, una fiscalización del cumplimiento de los derechos laborales producto de la negociación colectiva por rama de actividad del sector construcción, en las tres partes de la obra: la zona portuaria, el antepuerto vehicular y el túnel de 1,8 kilómetros.

Ha habido negligencia, definitivamente, y ante ello debe hacerse las acciones correctivas con urgencia, porque con la paralización de obras, los siguientes afectados son los trabajadores de construcción civil, quienes pierden puestos de trabajo y viven en la zozobra hasta la próxima reactivación de la obra.

Esta es una muestra más de que la informalidad laboral y las malas prácticas de construcción alcanzan inclusive a las empresas que cumplen con todos los permisos y tienen el respaldo de los tres niveles de gobierno.

Por: Luis Villanueva Carbajal
Secretario general de la FTCCP