Negociación Colectiva del Sector Construcción

En el Perú, la negociación colectiva por rama de actividad en construcción civil se institucionalizó con el Decreto Supremo N.° 18 del 4 de diciembre de 1962, que crea una comisión que regulaba salarios y condiciones de trabajo, conformada por autoridades de los colegios de ingenieros y arquitectos y otras organizaciones del sector, incluyendo la autoridad de Trabajo y la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP).

Esta conquista histórica fue alcanzada por los obreros del sector construcción, que en un inicio se organizaron en sindicatos territoriales y, luego, el 19 de diciembre de 1958, fundaron la combativa FTCCP.

Reforma neoliberal

En los años 90, el dictador Alberto Fujimori realizó una reforma neoliberal en el Perú, incluyendo la mal llamada “reforma laboral” contraria a los intereses de la clase trabajadora, tanto en materia de derechos individuales como colectivos. Mediante el Decreto Ley N.º 25593, “Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo” (LRCT), que fue observada por el Comité de Libertad Sindical de la OIT, derogó las disposiciones especiales como el D.S. N.º 018 de 1962, dejando sin efecto desde 1992 la existencia de la comisión que se encargaba de regular los salarios en el sector construcción. Ese decreto ley dispuso que la negociación colectiva ya no se realice por rama de actividad, sino por obra, lo cual en la práctica era imposible por la eventualidad de las labores en construcción civil.

Sin embargo, la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú junto a sus bases y afiliados, con masivas y contundentes movilizaciones, logró la solución de los convenios colectivos en los años 93, 94 y 95, hasta que el año 1996 el Ministerio de Trabajo fujimorista declara improcedente nuestro pliego nacional y no admite su trámite.

Años de lucha

Desconocido el derecho a la negociación colectiva por rama de actividad, los trabajadores en construcción civil estaban a merced de lo que el empleador quisiera pagarles, es decir, a la suerte de la ley del mercado, la “oferta y demanda”. Vinieron años de mucha lucha sindical en el ámbito nacional e internacional, y contundentes acciones de masas. Fueron épocas de constante enfrentamiento con paralizaciones de obra, paros, huelgas de hambre, movilizaciones, entre otras medidas de fuerza que se tomaron, las que se organizaron en plena dictadura. Cuando Fujimori visitaba una región, lo esperaba una masa de obreros de construcción para encararlo y demandar la restitución de la negociación colectiva por rama de actividad.

En ese tiempo también organizamos la Marcha de Sacrificio junto a organizaciones sociales de todas las regiones, que en masa se movilizaron desde las provincias hacia Lima demandando la restitución de la negociación colectiva y cese de la dictadura. Esta Marcha de Sacrificio, diseñada e impulsada desde construcción civil, fue la inspiración para la famosa Marcha de los Cuatro Suyos que le dio olor a multitudes a la caída de la dictadura y el posterior regreso a la democracia con el gobierno de transición.

En defensa de la negociación colectiva del sector construcción, la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) acudió al fuero jurisdiccional en los fueros correspondientes. Con el regreso a la democracia a inicios de siglo, estas acciones judiciales nos dieron la razón: el Poder Judicial (PJ) y el Tribunal Constitucional (TC) del Perú declararon que en la actividad de construcción civil no era posible llevar una negociación a nivel de obra o de empresa, y ordenaron que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) diera trámite a nuestra negociación colectiva desde la fecha en que se suspendió.

Convención acumulada

Con la sentencia del TC, se recuperó la negociación colectiva a nivel de rama en construcción civil. En el año 2004, suscribimos una convención colectiva acumulada por los años en que estuvo suspendida. El Acta Final de Negociación Colectiva Acumulada de Construcción Civil, publicada en el diario El Peruano el sábado 25 de setiembre de 2004, resolvió los pliegos de reclamos de 1997, 1998, 1999, 2000 y 2004, con mejoras salariales, póliza de seguros de vida adicional al seguro complementario de trabajo de riesgo (SCTR), pago por concepto de gratificaciones y otros beneficios en días de descanso médico, entre otras demandas de los trabajadores.

Los obreros de la construcción organizados en torno a la combativa FTCCP entendemos las ventajas de una negociación por rama de actividad en construcción, porque es un mecanismo para encontrar justicia en la distribución de la riqueza generada por la fuerza del trabajo, además de ser un instrumento que uniforma los salarios y condiciones de trabajo en el ámbito nacional, lo que además promueve la desaparición de las competencias desleales. 

Desde entonces, tras la recuperación de este fundamental derecho a la fecha, llevamos 19 años consecutivos de negociación colectiva del sector, conquistando aumentos de salarios sustantivos, mejores condiciones de trabajo y nuevos derechos.

Hacia una agenda común

El encuentro entre trabajadores y empresarios en la negociación colectiva ha dado como resultado que, tras resolver las demandas laborales, se consense una AGENDA COMÚN para el sostenimiento y estabilidad del sector.
Un ejemplo de ello se vivió durante la reciente pandemia. Con la paralización de las obras de construcción durante la cuarentena por el covid-19, el desempleo fue brutal y la miseria se apoderó de muchos hogares de obreros. Por ello, cuando el gobierno planteó que el sector construcción civil reiniciara sus actividades en la cuarta fase de la reactivación económica, trabajadores y empresarios nos organizamos, desarrollamos los protocolos de bioseguridad para obras y planteamos en conjunto su más inmediata reactivación. Producto de este esfuerzo, construcción civil fue incluida en la primera fase, convirtiéndose nuevamente en el impulso de la reactivación económica pospandemia, y dando trabajo a decenas de miles de obreros desempleados, así como trabajadores de industrias conexas.

Como sector construcción, proponemos iniciativas ejecutivas y legislativas, teniendo en cuenta que todos ganamos: los empresarios con la ejecución de las obras y los trabajadores con la generación de puestos de trabajo.

Recientemente, luego de la pandemia, hemos suscrito el “Pacto por la Construcción de un Perú mejor”, en el que se propone determinadas modificaciones a la Ley de Contrataciones del Estado, para hacerla más dinámica; asimismo, hemos hecho propuestas para una planificación ordenada del crecimiento de las ciudades; estamos solicitando que se consoliden los programas de Mi Vivienda, Techo Propio, y se implemente un programa de viviendas sociales para los sectores de escasos recursos económicos, entre otros planteamientos.

Nuestros convenios colectivos, a diferencia de otros sectores económicos, no solo tratan temas reivindicativos, sino que también abordan la erradicación de la informalidad en el sector, la violencia de seudosindicatos y mafias del crimen organizado que desean apoderarse de las obras mediante la extorsión y el sicariato, entre otros temas que atañen al sector.

También es propio señalar que contamos con una organización tripartita en la que participan, trabajadores, empleadores y el Estado, llamada CONA, que se encarga de asistir a los trabajadores con programas recreacionales, educación, asistencia social, certificación por competencias laborales, campañas sociales, entre otras múltiples funciones en beneficio de los obreros. 

Esta es, a grandes rasgos, la historia de la negociación colectiva por rama de actividad, conquistada por la FTCCP a favor de los trabajadores del sector construcción.